miércoles, 3 de diciembre de 2014

La guía sobre los chalecos antibalas Parte I

Los chalecos anti-balas, es uno de los inventos más importantes de los últimos años. Cada día salvan miles de vidas a los diferentes cuerpos de policía, seguridad privada, etc. Pero para todos ellos colocarse el chaleco anti-balas antes de empezar la jornada, es parte del ritual.
Hoy en día, trabajar con el chaleco anti-balas es una cosa que muchos dan por hecho. Cada vez son menos los que se resisten a proteger su vida, pero hay mucho por saber y que cada usuario debe conocer de su chaleco balístico.
1. No se trata realmente de un chaleco anti-balas.Tu chaleco no te protege ni protegerá de cualquier amenaza balística, se trata de un compuesto balístico textil que te ofrece resistencia limitada a ciertas amenazas balísticas.
Estadísticamente hablando, nada es anti-balas. Siempre puede haber una bala capaz de penetrar el blindaje. Incluso pudiera darse el caso de que el chaleco no parara una bala para la que supuestamente está diseñado. Una bala afilada manualmente bien puede atravesar el material balístico.
Lo ilógico es sentirse y actuar como un “Superman” con el chaleco puesto. ¡Lo que no harías sin chaleco, no lo hagas con chaleco!
2. Cómo el tejido balístico puede parar una bala. Los paneles balísticos flexibles están hechos de un tejido entrelazado y/o laminado o incluso una combinación de ambos. El tejido detiene una bala prácticamente del mismo modo que una red detiene una pelota de tenis. El tejido hace de freno para la bala, la frena y dispersa la energía a través del panel. La deformación en tipo champiñón de la bala ayuda por supuesto en que la parada sea más efectiva. Por eso cuanto más pesada y lenta sea la bala, mejor la paran los chalecos, mientras que esos cartuchos con puntas reforzadas, que vuelan a gran velocidad, pueden traspasar perfectamente el panel frontal, el cuerpo del individuo y salir en su misa trayectoria por la parte de detras del chaleco.


3. Tu chaleco debería parar como mínimo tu munición de dotación. Toda la certificación NIJ, puede ser bastante confusa. Hay Cuerpos de Policía que usan chalecos de nivel IIA, otros II y otros tantos el nivel IIIA. Es muy difícil para ti y tu cuerpo anticiparse al tipo de peligros y situaciones amenazantes que podrás sufrir en la calle, pero lo que está claro es que la propia arma que llevamos puede constituir una amenaza. Un número sorprendente de policías son tiroteados con sus propias armas, ya sea porque les consigue arrebatar el arma, porque el compañero se equivoca y dispara contra el bueno. Así que tu chaleco tiene que ser capaz de detener la munición de dotación como mínimo.
4. Todas las armamatan. Hay cierta tendencia, sobre todo por parte de los entusiastas de las armas, de asignar un nivel de letalidad según el calibre. No te lo creas. Un calibre pequeño a alta velocidad penetrará el chaleco por completo, mientras que un calibre 45 ACP, o 44 Magnum, normalmente son más pesadas y viajan a menor velocidad, con lo que son más fáciles de parar incluso que un 9mm PB o un 357 Magnum.
Los disparos de perdigones con escopeta son especialmente peligrosos al ser muy difíciles de parar, ya que no todos van a la misma velocidad.

5. No se trata de los años de garantía sino del uso que le damos. 
Muchos de los chalecos ofrecen una garantía entre 5 y 10 años. Pero la verdad es que la garantía del chaleco debe ser recalculada por cada usuario según su nivel de uso. Un chaleco que se use todos los días, perderá sus propiedades antes de un chaleco que no se haya tocado de las estanterías. Desgraciadamente no hay un sistema para contar las horas de uso de cada chaleco, pero si debes comprobarlo habitualmente en busca de rasguños, quemaduras, roces y daños varios. Si usas tu chaleco como una camiseta vieja, se envejecerá mucho más rápido que si lo cuidas, limpias y mantienes.
6. Registra tu chaleco. Muchos chalecos vienen o deberían venir con un libro de instrucciones y una garantía. Asegúrate de que eso sea así. Si la compra la realiza el Cuerpo de Policía, estos deben recibir una factura donde se indiquen los números de serie de cada uno de los chalecos. Si hay una cartulina de registro, la completas con tus datos y mándala.
Cuando ocurrió lo del Zylon, muchas empresas tuvieron grandes problemas para localizar a todos los clientes puesto que no habían rellenado las tarjetas de registro de sus chalecos defectuosos.



7. Limpia la funda. Deberías tener al menos 2 fundas para tu chaleco. Esto te permitiría usar una mientras lavas la otra. Manteniendo las fundas limpias y secas, ayudas a prolongar la vida de tu chaleco.

8. Los paneles balísticos se pueden lavar con una esponja, no en la lavadora. La mejor manera de limpiar tus paneles balísticos es con una esponja ligeramente humedecida y un jabón neutro. Pero no los pongas a lavar dentro de la lavadora, ni tampoco los seques en la secadora. ¡Y no los planches¡ Ese exceso de calor derretirá las fibras y perderá rápidamente sus propiedades.
9. Cuelga tu chaleco cuando no lo uses. Los paneles balísticos están hechos de muchas fibras entrelazadas. Si adoptan una forma irregular piensa que no puede luego plancharlo para enderezar el panel. Si tiras dentro de tu taquilla un chaleco sudado, este se secará y adoptará la forma en la que quede dentro de la taquilla. Ese es un grave problema.